Vivimos en un entorno de continuo cambio e incertidumbre. El acrónimo VUCA hoy es más real que nunca. Incluso me atrevería a cambiar la V de volatilidad por la de vulnerabilidad. Ahora mismo estamos inmersos en una situación nueva, compleja e incierta derivada de la pandemia de Covid-19 y considero que volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad se quedan pequeños para definir el entorno en el que nos encontramos. Esto es algo que dentro de los procesos de coaching, tanto ejecutivo como personal, hay que trabajar, promoviendo una actitud resiliente que permita al coachee afrontar estos cambios con éxito.
Resiliencia es soportar una tensión sin deformación o rotura volviendo a la situación inicial con mayor fortaleza. Todo ser humano a lo largo de su vida tiene que afrontar situaciones difíciles y complejas de las que, en función de las decisiones que tome, puede salir fortalecido o no. Lo importante no es lo que ocurre sino cómo vives lo que ocurre. Esto lo describió de forma magistral Víktor Frankl en su célebre libro “el hombre en busca de sentido “. En él defiende que al ser humano se le puede arrebatar todo menos lo más esencial, la actitud con la que afrontarlo. Este neurólogo austriaco describe de forma desgarradora su experiencia en un campo de concentración nazi y cómo la actitud y el amor fueron sus herramientas para sobrevivir.
En esas situaciones de cambio, de dificultad para encontrar la salida, de bloqueos provocados por creencias limitantes, de quiebres emocionales, de reinvención, un proceso de coaching puede ser de gran ayuda.
Libro recomendado: El hombre en busca de sentido. Víktor Frankl