Sin duda alguna las experiencias vividas, los procesos de aprendizaje, la gestión de las emociones pueden ayudar a modelar las reacciones neurofisiológicas pero nunca había reflexionado sobre la posibilidad de que puedan producir cambios en la estructura y plasticidad del propio cerebro. En un curso de mindfullnes me explicaron que precisamente la meditación podía generar cambios estructurales pero siempre he sido bastante escéptico. Sin embargo, existen evidencias científicas sobre los cambios en la plasticidad del cerebro condicionado por factores extrínsecos e intrínsecos. Esto neutraliza la creencia limitante del “no puedo cambiar, yo soy así “.
Me ha llamado poderosamente la atención que tan sólo entre 5 y el 15 % del procesamiento de la información en el cerebro se haga de forma consciente. Aquí radica la importancia de las creencias limitantes, a veces arraigadas fuertemente, y que impiden a la persona ver la realidad de otra manera o tomar decisiones que le permitan avanzar. Para llevar una idea, un comportamiento, una reacción del inconsciente al consciente es muy útil realizar autorregistros emocionales ya que ponen de manifiesto nuestro procesamiento inconsciente de estímulos e información. Este ejercicio consiste en observar lo ocurrido en un evento. Por ejemplo, hemos tenido una reacción de ira que queremos corregir. Apuntaremos qué ocurrió, qué dijimos, qué sentimos, cuál fue la intensidad de los sentimientos y las emociones, cuál fue la reacción de la otra persona. En definitiva es un ejercicio de auto observación para ser consciente de nuestra actuación inconsciente.
Un proceso de coaching ejecutivo puede ayudar a analizar y canalizar este tipo de emociones, tomando consciencia de nuestro yo, modelando una mejor persona y un mejor profesional desarrollando sus capacidades ejecutivas.Libro recomendado: Vivir sin miedos. Sergio Fernández